La Fundación WWB Colombia, junto a la Fundación Kunsejana y la Asamblea Departamental del Valle, realizó el Foro Paremos Ya, en el marco de los días de reflexión sobre el #25N. Verónica Velásquez, líder de FortaleSer, hizo parte de las panelistas invitadas al espacio, que fue transmitido por El País y el Noticiero 90 Minutos.
En el marco del #25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se realizó la séptima edición del foro “Paremos YA”, cuyo tema central fue la violencia digital, una problemática que crece cada día y que afecta la vida real de miles de mujeres.El espacio fue organizado por la Fundación WWB Colombia, la Fundación Kunsejana y la Asamblea Departamental del Valle del Cauca, con el apoyo del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM), el diario El País y el Noticiero 90 Minutos.
Contó con la participación de María Fernanda Penilla, representante de la Fundación Kunsejana; Mariluz Zuluaga, diputada del Valle del Cauca y presidenta de la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer; Natalia Escobar, directora de Proyectos del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM); Verónica Velásquez, líder de la línea de Liderazgo y Género de la Fundación WWB Colombia; y Ana María Castañeda, vicepresidenta del Senado y autora del Proyecto de Ley 247 sobre violencia digital de género. El foro fue moderado por Paola Gómez, líder de Medios de la Fundación WWB Colombia.
De acuerdo con ONU Mujeres (2025), el 76 % de las mujeres en Colombia ha sufrido violencia digital, lo que evidencia que esta forma de agresión se ha convertido en una de las principales barreras para la participación segura de las mujeres en entornos digitales, laborales y políticos. Al menos el 53% de las mujeres que utilizan Internet en sus trabajos, ha sufrido algún tipo de violencia de género a través de plataformas digitales, según el Observatorio para la Equidad de las Mujeres, OEM. La OEA advierte que el 77 % de las víctimas de ciberacoso también sufre otras violencias fuera de línea. Y según la Organización Mundial de la Salud, menos del 40% de los países del mundo cuentan con leyes específicas para abordar el acoso en línea.
“Desde la academia, las fundaciones, los medios de comunicación y el sector público, hemos entendido la importancia de incidir en políticas públicas y presupuestos para erradicar la violencia de género”, manifestó la diputada Mariluz Zuluaga, en la primera parte del espacio.
A lo largo del live, que fue transmitido por El País, se evidenció que la violencia digital no es un fenómeno aislado, sino una extensión de las violencias que ya conocemos. María Fernanda Penilla, representante de la Fundación Kunsejana, lo expresó con contundencia: “La violencia digital es preocupante: acoso, publicación de videos íntimos sin consentimiento, extorsión sentimental. El Proyecto de Ley 247 busca sancionar estas conductas y proteger a las mujeres frente a la presión psicológica que ejercen los agresores. No se trata solo de imágenes, sino de cómo estas prácticas destruyen vidas y proyectos personales”.
En la conversación con las expertas invitadas intervino Natalia Escobar, del Observatorio para la Equidad de las Mujeres, OEM, quien compartió hallazgos de una investigación realizada durante dos años con el Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE): “Lo digital también es la vida real. Muchas mujeres nos dicen: ‘No puedo dormir igual, siento miedo’. Este tipo de violencia afecta su salud mental, su autonomía económica y política. No podemos seguir minimizando lo que ocurre en redes sociales”.
Escobar enfatizó que, de 470 mujeres encuestadas en Cali, Medellín y Bogotá, más de la mitad han sufrido algún tipo de violencia digital, con impactos que van desde la pérdida de empleo hasta la autocensura en espacios públicos.
La violencia digital crece cada día, impulsada por el anonimato que ofrecen las redes sociales y por el aumento del tiempo que las personas pasan conectadas (en promedio, entre 6 y 7 horas diarias frente a una pantalla). Este fenómeno no es nuevo, sino una extensión de las violencias que ya existían, ahora ejercidas con herramientas más sofisticadas. Para enfrentarlo, se requieren mejores mecanismos de protección, denuncia y atención inmediata, evitando la revictimización y reconociendo que estas violencias afectan la autonomía y la seguridad de las mujeres.
A su turno, la senadora Ana María Castañeda habló sobre el Proyecto de Ley 247 que busca tipificar la difusión de material íntimo sin consentimiento: “Queremos incluir este delito en el Código Penal, con penas de hasta 54 meses de prisión y multas de hasta 1.500 salarios mínimos legales vigentes. Además, proponemos protocolos de protección inmediata y campañas de educación digital. Una de cada tres mujeres en Colombia ha sufrido violencia digital, y el 90 % de las víctimas de difusión no consensuada de imágenes íntimas son mujeres. No podemos seguir siendo indiferentes”.
Este proyecto también plantea la creación de una política pública nacional de educación y prevención; ordena el diseño de rutas claras de atención para las víctimas, con enfoque diferencial e interseccional; e impulsa programas de educación digital con perspectiva de derechos desde la infancia.
Verónica Velásquez, líder de FortaleSer, la línea de Liderazgo y Género de la Fundación WWB Colombia, alertó sobre los efectos invisibles de esta violencia: “Muchas mujeres no saben nombrar la violencia digital, pero sienten miedo, estrés y autocensura. Esto limita su participación en espacios laborales, políticos y sociales. Incluso la inteligencia artificial se está usando para crear imágenes falsas que vulneran la dignidad de las mujeres”.
Asimismo, habló sobre la importancia de prevenir todo tipo de violencia en el ámbito público, y sobre la estrategia de prevención en violencias basadas en género ‘Ofelia no está sola’ que en una nueva etapa de socialización enfatiza en la necesidad de evidenciar y trabajar en torno a esas violencias que se dan en distintos espacios de la sociedad, donde las mujeres deben sentirse libres y seguras.
Uno de los mayores desafíos frente a la violencia digital son los vacíos legales y la falta de respuestas efectivas cuando las mujeres denuncian, pues muchas veces se minimiza el problema por ocurrir en entornos virtuales.
Conclusiones del foro
- La violencia digital es una extensión de las violencias basadas en género: no ocurre solo en redes sociales, sino que impacta la vida real, afectando salud mental, autonomía económica y política.
- El anonimato y la falta de regulación agravan el problema: prácticas como pornovenganza, acoso y difusión de datos personales se multiplican sin consecuencias efectivas para los agresores.
- La educación digital y la sensibilización son urgentes: niñas y adolescentes son las más expuestas, y muchas mujeres desconocen cómo actuar frente a estas agresiones.
- El Proyecto de Ley 247 es un paso clave, pero no suficiente: se requiere tipificación penal, protocolos de protección inmediata y campañas masivas de prevención.
- La legislación por sí sola no reduce la violencia: es fundamental complementarla para garantizar entornos digitales seguros.
- La transformación cultural es indispensable: lo que pasa en línea también es real, y la sociedad debe asumir que la violencia digital limita la participación y el desarrollo de las mujeres en todos los ámbitos.
El foro “Paremos YA” reafirmó que la violencia digital es una problemática que exige acción inmediata. Desde la creación de leyes hasta la educación digital y la responsabilidad individual, cada paso cuenta para garantizar que las mujeres puedan habitar el mundo físico y digital con libertad y seguridad.